Contexto

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Tacoronte, capital del vino tinto de Tenerife.

La cultura del vino en Canarias se remonta a los tiempos de la conquista por parte de los españoles. Los vinos canarios tuvieron destacada presencia en las cortes de media Europa, llegando Shakespeare a hacer mención de los vinos de nuestro archipiélago en sus obras, existiendo constancia que en la declaración de independencia de las Trece Colonias tratada en Filadelfia, se brindó con vino procedente de estas islas.

Los vinos de nuestra bodega, Domínguez Cuarta Generación (D.O Tacoronte-Acentejo), son fieles herederos de la cultura y características de los vinos de nuestras islas. Son nuestros vinos, testigos y herederos de una tradición que se ha transmitido de generación en generación. Vinos personales, donde la tipicidad y características diferenciadoras de nuestras viñas, suelos y mesoclimas convergen para dar como resultado unos vinos sabrosos y sugerentes, donde fruta y madera se funden para lograr vinos equilibrados y elegantes.

Nuestra bodega es una empresa de carácter familiar y de limitada producción, que mayoritariamente es absorbida por el mercado insular. Tacoronte, dónde se ubica nuestra bodega, es la verdadera capital histórica y productiva del vino tinto de Tenerife y donde buena parte de la población tiene que ver en una u otra medida con la viña y/o el vino.

La familia Domínguez compromete su apellido y buen nombre en la calidad y comercialización de sus vinos, y para ello cuenta con un equipo profesional completamente formado y experimentado en las labores que desempeña.

 

Nuestro terruño

teideTenerife, al igual que el resto de islas del archipiélago canario, emergió por sucesivas erupciones de volcanes submarinos desde el fondo del Océano Atlántico. Posteriores erupciones volcánicas, ya en superficie, y la acción de la erosión y la vegetación a lo largo de los milenios han configurado la orografía y características de los suelos de la isla.

El carácter volcánico del suelo, imprime a estos un carácter mineral muy acentuado, que luego se traslada de forma más o menos intensa a los vinos, en función de la tipología concreta del suelo. Entre los suelos de nuestras fincas encontramos suelos arcillosos y fértiles que conviven con otros más pobres y pedregosos, obteniendo vinos diferenciados en función de los mismos, matizados además por otros factores como el clima, la variedad, etc, contribuyendo todo ello en la particularidad de nuestro producto final.

Realizamos enmiendas orgánicas periódicas (cada cuatro o cinco años) con estiércol de vaquerías de la isla, así como enmiendas inorgánicas mediante fertirrigación y aplicación directa.

 

Nuestro clima: Un continente en miniatura

Nuestras fincas situadas en la vertiente noreste de Tenerife, se ven influenciadas por el carácter húmedo de los vientos alisios. Estos vientos atlánticos hacen que las Islas Canarias situadas en su punto más cercano, Faro de La Entallada (Isla de Fuerteventura), a escasos 200 kilómetros del desierto del Sahara no sean en su totalidad una continuación árida de éste. Debido a la escarpada orografía de la isla de Tenerife, estos vientos húmedos chocan con las montañas dejando humedad a lo largo de todo el año y presencia puntual de lluvias estacionales (octubre y mayo) en su vertiente norte.

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Existen en la isla unos 26 mesoclimas distintos, por lo que trasladarnos unos kilómetros ascendiendo o hacia levante o poniente dentro del territorio insular, en función de la altura, vertiente y orientación del lugar implica un cambio evidenciable del clima, lo que influye favorablemente en la calidad y caracterización de nuestros vinos, que son producto procedente de fincas con localización variada, con suelo y climatología diferentes.

Nuestra bodega posee fincas a distintas cotas en los municipios de Tacoronte y El Sauzal, de esta forma se vendimia en primer lugar las fincas más próximas a la costa, a principio de septiembre, por ser las que primero alcanzan su madurez organoléptica, continuando la vendimia las semanas siguientes escalando en altura, para terminar en nuestras fincas más altas, que se encuentran a una cota entorno a los 600-700 metros.

 

Nuestras cepas: El pie franco

Se cree que la primera vid sembrada en Tenerife se plantó a finales del siglo XV  traída por emigrantes portugueses. A partir de ahí la uva de vinificación se ha consagrado como uno de los principales cultivos de la isla.

Nuestras viñas están sembradas a pie franco, el tronco de la viña va directamente al suelo sin la presencia de un portainjerto que haga de patrón. Ello es posible gracias a que, hasta la fecha, las Islas Canarias se han visto exentas de la temible plaga de la filoxera que asoló Europa y al resto del mundo entre mediados del Siglo XIX y principios del XX.

Ello permite que la planta tome los nutrientes directamente del suelo, toda la planta es la misma “vitis vinífera” al no existir portainjerto. La ausencia de esa enfermedad del viñedo ha permitido además que Canarias se configure como una verdadera reserva varietal, en la que se han aclimatado y desarrollado variedades ya desaparecidas del continente.

Actualmente nuestras fincas están plantadas con las variedades Listán negro, Negramoll, Tintilla, Castellana, Listán blanco, Malvasía Aromática, Verdello y Baboso negro. Las fincas están conducidas mayoritariamente en espaldera y un pequeño porcentaje en parral bajo.

 

La vendimia.

vendimiaLa vendimia se realiza de forma manual, variedad por variedad y finca por finca. Los vendimiadores son expertos lugareños, que realizan una primera y primordial selección en el viñedo que se completa luego con una segunda selección en la bodega, con lo que nos aseguramos vinificar sólo aquellas uvas que reúnen las características que exigimos. La uva se traslada a la bodega en cajas de estructura reticular de un máximo de 25 kilogramos. Valga reseñar que toda nuestra producción es propia, no compramos uva a terceros, por lo que nos aseguramos el control total del proceso desde la cepa hasta la copa.